MI PROMESA A
NUESTRA SEÑORA

    ¡Amada Reina y Madre!, que prometiste en Fátima convertir a Rusia y dar la paz a la Humanidad; en reparación a tu Corazón Inmaculado por mis pecados y los pecados del mundo, prometo solemnemente:

  1. °  Ofrecer todos los sacrificios requeridos por mi deber diario.
  2. °  Rezar una parte del rosario todos los días.
  3. °  Llevar el escapulario del Carmen como señal de mi consagración.
  4. °  Dedicarte, en cuanto pueda, de una manera especial, los primeros sábados de mes.

    Ayúdame, Señora, a cumplir siempre esta promesa.
(Esta promesa no obliga bajo pecado, pero es una promesa. . ., la plabra dada a la Madre Celestial.)